viernes, 16 de enero de 2009

EL CHACACHÁ DEL TREN

Hoy toca retroceder unas cuantas décadas para darnos un bañito de nostalgia. En los comentarios a la entrada anterior, nos preguntábamos de quién sería la versión original de aquella canción que sacó hace algunos años El Consorcio: El chacachá del tren. Bueno, pues gracias a la información que ha aportado amablemente Pepa, he podido encontrar esa versión en YouTube. Es de Elia y Paloma Fleta, hijas del tenor Miguel Fleta, y data del año 1955 (¡Cielos!).

Al escucharla, me he sentido como si me hubiera metido en una película antigua, al estilo de lo que ocurre en aquella deliciosa cinta La rosa púrpura del Cairo, de Woody Allen, ambientada en los años de la Gran Depresión. Primero se escapa de la pantalla Jeff Daniels, el galán de una historia de amor y lujo, porque se ha enamorado de la pobre espectadora Mia Farrow, que siempre está metida en el cine engullendo películas para escapar de su montónona y mísera vida. Pero creo recordar (si la memoria no me engaña) que al final, el galán vuelve a su película llevándose consigo a Mia. Bueno, pues al reproducir este video, me ha parecido que estaba haciendo un viaje fantástico como el de la señora Farrow.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, Carmencita, qué gozada,(y qué pena que mi madre ya no lo pueda oir...)
Esto de San You Tube es impresionante, y, realmente, qué baño de nostalgia...
¿Qué habrá sido de este par de prendas?Yo creo que pueden estar vivas perfectamente. Igual hasta viven en Zaragoza. Vamos, igual hasta nos las llevamos de copas...
Besos
pepa

Anónimo dijo...

Y el tren tenía asientos de madera si era de cercanías y si era el "rápido" con sus compartimentos cerrados para seis viajeros y la pareja de la "Benemérita" pasando de vagón en vagón pidiendo la documentación.

Algnos años después del estreno de la canción 300 km en el "correo" duraban como unas 10 o 12 horas.

Gracias por este viaje a mi infancia (soy cosecha del 51).

Carmen Santos dijo...

Pepa: Quién sabe, igual viven en Zaragoza y nos hemos cruzado con ella por la calle sin saberlo.

Ernesto: Cuando vine con mis padres de Alemania (en el setenta y cuatro), aún conocí esos trenes de compartimentos para seis viajeros (¡qué incómodos eran, por Dios!) y recuerdo un viaje de Valencia a Albacete en un "correo" de aquellos que nos llevó toda la noche. ¡Para una distancia de 187 kilómetros! Eso si que era el chacachá del tren...


Besos